domingo, 30 de enero de 2011

TEMAS SELECTOS DE SALUD PÚBLICA


Francisco Millán Velasco

Hacía el final de los 90, estuve en una fiesta donde se encontraba un astuto político chiapaneco en medio de una selección de coletos de la alta sociedad. En eso se le ocurrió al político preguntarle a la concurrencia, y ..”¿Qué opinan de Don Samuel?” Un silencio se apoderó del grupo. Luego, uno por uno, con cierta timidez, empezaron a sacar sus veredictos, y a contestar uno por uno; que si “Es nuestro obispo. Que no hay que criticarlo, pero…”; que es “¡Un gran profeta! ¡Es otro Fray Bartolomé, Defensor de los Indios!” Otro que “Es el verdadero Comandante, ¿me entienden? El jefe del Sub.”; que “¿Cómo fue a profanar nuestra Catedral?” Otro que “Es un santo—fervoroso, comprometido con los pobres. Con razón le dicen Tatik.” Otro atreviéndose a difamar dijo que “Alguien lo vio con sus propios ojos, en un rancho allá por Ocosingo, vestido de camuflaje y portando un arma. Que ¡Si tiene un montón de rifles escondidos en el Seminario, pues!” Otro dijo “Yo no era de misas ni de golpes de pecho, pero este hombre realmente sigue a Cristo.” Por fin, cuando todos se habían aventurado a dar su opinión, pregunté al político, que hasta entonces se había limitado a escuchar, ¿cuál era la suya?. “¡Es un chingón!” pronunció a secas. Bueno, si “Sí, todos sabemos que es muy inteligente y con mucho peso, pero..¿cómo lo calificas? ¿es bueno o malo?” pregunte. Al cuál, el astuto político repitió, “¡Es un chingón!” nada mas.

Pocos hombres en la historia de nuestra ciudad han despertado tanta polémica, opiniones tan encontradas como Don Samuel Ruiz García. Casi nadie lo ve con tibieza—es o con una veneración o con odio jarocho. Hombre de firmes convicciones, sumamente comprometido con su visión del Evangelio, sin embargo, su vida encerraba grandes ironías. Piense por ejemplo en las ironías de sus exequias: que en otros tiempos ni se hubieran pensado, como que a las mismas asistió en tranquilidad con respeto de la gente y como estaba obligado el propio gobernador Juan Sabines y su señora esposa. O que el Nuncio Apostólico haya escuchado en boca del Obispo Don Felipe Arizmendi su solicitud del Diaconado permanente, anterior causa de conflictos con el Vaticano. También notamos en los ritos fúnebres, la presencia de muchos llorosos, extranjeros e izquierdistas que jamás antes de él hubieran entrado a una Iglesia Católica y rezar, Don Samuel les mostró un camino, fueron conmovidos a compartir su visión de un Cristo que se da a los pobres. Otros acudieron a su llamado como grandes personalidades del mundo religioso, desde altos funcionarios del clero católico hasta el Dalai Lama. Los integrantes de las ONGS que luchan por una mayor justicia social, por los derechos humanos y de la mujer, por el reconocimiento de las autonomías de los indígenas, cuentan durante el sepelio de cómo él les movió el corazón, los inspiró y los convirtió en verdaderos acompañantes del Pueblo de Dios.

Al mismo tiempo, en las misas fúnebres muchos encumbrados católicos sancristobalenses brillaron por su ausencia. Durante años la Catedral lucía desierta en las misas dominicales, abandonada por los coletos indignados por las pláticas de Paz entre zapatistas con cananas y la Conai allí mismo. Los seguidores del padre Luís Mijangos no perdonan que Don Samuel le haya quitado de sus funciones sacerdotales por las discrepancias fuertes que tuvo el cura con su obispo. Muchos católicos por ese episodio abandonaron la práctica o incluso la fe. La tasa de chiapanecos evangélicos se disparó del 2% en 1950 al 13.9% en el año 2000. Más grave aún, los que no profesaban ninguna religión crecieron del 0% al 13.1% durante el mismo período. Todo eso ¿será culpa de Don Samuel? Muchos pensadores creen que sí, que su politización de la fe disgustó incluso a muchos indígenas, catequistas y católicos comprometidos, que entraron a las filas de los protestantes. Otros lo achacan a la sordera del Vaticano, que restringía su misión evangelizadora, prohibiendo el trabajo de los diáconos permanentes casados, a la teología de la liberación y a la teología india.

Don Samuel en Chiapas vivía realmente su opción por los pobres y los indígenas. De los dolientes que llegaron a llorar a su tumba—después de que salieron los altos funcionarios estatales y los medios de comunicación—muchos, la mayoría eran indígenas. “Totik, ¿qué haremos ahora sin ti?” lloró una tenejapaneca. “Nos hemos quedado sin pastor. Pide mucho por nosotros.” Otro indígena lo soñó ya investido de poderes celestiales, convertido en Kanal Lum—estrella o cuidador de la tierra, como un santo protector.

A su llegada aquí como obispo nombrado para guiar la diócesis de San Cristóbal en 1959, encontró un estado donde el poder se concentraba en las manos de los ricos mestizos que enganchaban y utilizaban a los peones indígenas como les daba la gana: unos de manera más o menos decente, otros con saña. Si usted ha leído algo de la escritora chiapaneca Rosario Castellanos, tendrá una idea de la situación de abandono, miseria y discriminación que enfrentaban los indígenas de aquel entonces. Contaba el obispo que realmente eran la crueldad e inhumanidad de la situación que lo convirtieron a semejanza del gran Fray Bartolomé en un defensor de los derechos indígenas y su opción por los pobres. Le marcó decía el haber asistido al 2º Concilio Vaticano con su opción por los pobres, como también la encíclica Ad Gentes y la Conferencia de Medellín (1968). A partir de entonces, dejó su intención original de inculcar una cultura occidental, a través de “la castilla” y su puso a aprender los idiomas de Chiapas a la perfección; idiomas que utilizó exclusivamente al interior de su Congreso Indígena de 1974, durante el sexenio de otro gran chiapaneco Manuel Velasco Suárez que asistió como gobernador a la inauguración del mismo.

Don Samuel era un tanto ecuménico, colaborando durante años con la Iglesia Presbiteriana en una traducción de la Biblia al tzotzil. Sin embargo, perdió el municipio de Chamula de su grey, mientras que algunos otros municipios de las zonas chol y tzeltal se han volcado hacia el protestantismo: Tenejapa cuenta con 36% de población evangélica, Salto de Agua con 40%, Chilón y Oxchuc con el 41% y Tumbalá con 50.4% de los principales.

Don Samuel encerraba muchas contradicciones, a pesar de ser hombre integro de una sola pieza. Célibe, de conducta personal intachable, se convirtió en un padre ejemplar para los hijos de su hermana Lucha cuando ésta fue abandonada por su esposo. Acogió a los refugiados guatemaltecos amenazados por el gobierno militar de Ríos Montt, aún cuando luego surgieron dudas sobre la veracidad de su protegida Rigoberta Menchu. Alentó a Las Abejas pero le tocó con tristeza ver los resultados horribles de la masacre de Acteal en 1997. Fundó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, reconocido a nivel internacional—y a veces vilipendiado a nivel local. Samuel Ruiz entonces movió conciencias y fue capaz de despertar a la sociedad y de imbuirle un sentido humanista a la vida. El mundo necesita mas personas así, ¿no creen?

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