María del Carmen Franco García
Una vez que las lluvias cesaron temporalmente, la mayoría de las familias que fueron afectadas han retornado a sus domicilios previa limpieza y desinfección, y luego de haber desechado los enseres domésticos que quedaron inservibles.
Tristeza y desolación embarga a estas familias ya que ante la difícil situación económica que vivimos, adquirir muebles y artículos domésticos implica un largo esfuerzo. Aunque hubiesen recibido algunas ayudas, no podrán recuperar lo perdido. En esta ocasión se afectaron varias colonias y el número de damnificados se multiplicó en comparación con anteriores contingencias. Las catástrofes se extienden por todo el territorio mexicano y esta vez nos tocó. La pregunta obligada entonces es:
¿POR QUE ESTÁN SUCEDIENDO ESTAS DESGRACIAS?
Parece inútil, pero tenemos que recordar cómo estamos auto destruyéndonos:
- Tirando basura en la calle que llega a contaminar los ríos.
- Tirando basura directamente en los ríos.
- Edificando cerca de los márgenes de los ríos.
- Cambiando el cauce de los ríos y arroyos.
- Construyendo bardas que impiden el flujo del agua.
- Destruyendo los cerros y bosques.
- Edificando sobre humedales y áreas ecológicas.
Sabemos que somos nosotros quienes estamos generando el cambio climático. Que las precipitaciones pluviales aumentan considerablemente a causa del daño ecológico que provocamos, pero tampoco olvidemos que hay corrupción detrás de varios puntos citados, especialmente en lo que se refiere al uso del suelo que autoriza el cabildo y también en la explotación de los materiales pétreos, aunque la gota que derrama el vaso es la omisión en cuanto a los trabajos de desazolve de los ríos y el deficiente trabajo en esta área, para lo cual es menester destinar una cantidad de recursos económicos del municipio. Esto es, el trabajo se realiza mal o no se realiza. Si investigamos el destino real de los recursos que se deben asignar a la prevención de estas inundaciones nos llevaremos una muy desagradable sorpresa. Muchos ciudadanos dicen que los responsables de esta desafortunada contingencia tienen NOMBRE y APELLIDO. Así lo escuchamos en repetidas ocasiones. Sabemos que existe una ley al respecto que finca responsabilidades y que los afectados pueden pedir se realice una investigación que sancione y que lleve a los responsables a resarcir el daño. De esa manera las penas de los afectados serían menos y seguramente este sería un buen ejemplo para las autoridades. Y después de la tempestad,¿ vendrá la calma, la resignación?¿o la prevención, la investigación, el escarmiento, la reparación del daño?
Grupos de colonos de diferentes zonas de San Cristóbal llevan años dando vueltas en las oficinas municipales principalmente. Denuncian invasión en las riberas de los ríos, denuncian construcciones en lugares inadecuados, denuncian obras que taponan el flujo de las aguas pluviales, denuncian muchas acciones que pueden frenarse a tiempo para no llegar a lo que se ha llegado. No hay respuesta. Las consecuencias no se hacen esperar.
En cada una de las colonias inundadas existe una o varias acciones que son invariablemente provocadas por algunos propietarios de esos espacios con la complacencia o complicidad de las autoridades en turno. Acciones fuera de la normatividad que afectan a muchos vecinos. Acciones abusivas y egoístas que llevan a la desgracia a grandes grupos humanos. La visión se limita a los intereses individuales, sean económicos o materiales, pero siempre excluyendo al otro, siempre ignorando el bienestar colectivo. Es un cada vez más deplorable y degradante egoísmo que hace padecer a nuestros semejantes. La naturaleza no perdona y nos ubica a todos donde nos corresponde. La naturaleza no excluye, arrasa con todo y con todos los que la agreden. Ante la naturaleza no hay privilegios. Sin embargo parece que no se entiende el mensaje y las agresiones a nuestro entorno ecológico no cesan. Ojalá no sea demasiado tarde cuando logremos entender este fenómeno.
Vaya paquete que queda a la próxima administración municipal. Abuso, inconsciencia, rapiña, saqueo; así puede llamarse lo que ha provocado esta degradación. La agresión es muy grande, revertirla no será tarea fácil. No se ve por donde comienza la madeja. Los enredos, los daños y los perjuicios son enormes. No queda más que ponernos TODOS manos a la obra y de manera urgente. No hay otra salida, tenemos que contribuir si queremos que todavía puedan vivir en este valle nuestros nietos. Hay que involucrar a los hijos, a toda la familia, a los vecinos en una cruzada emergente por el rescate de nuestro otrora hermoso valle. No hay tiempo que perder. Hagamos nosotros lo que otros no hicieron, reconstruyamos nosotros lo que otros destruyeron. Ni modos, a nosotros nos tocó, pero podremos tener la satisfacción de aportar para el beneficio de todos, yo veo que aún estamos a tiempo de resarcir gran parte del daño. ¿ O hay otra opción?
Tristeza y desolación embarga a estas familias ya que ante la difícil situación económica que vivimos, adquirir muebles y artículos domésticos implica un largo esfuerzo. Aunque hubiesen recibido algunas ayudas, no podrán recuperar lo perdido. En esta ocasión se afectaron varias colonias y el número de damnificados se multiplicó en comparación con anteriores contingencias. Las catástrofes se extienden por todo el territorio mexicano y esta vez nos tocó. La pregunta obligada entonces es:
¿POR QUE ESTÁN SUCEDIENDO ESTAS DESGRACIAS?
Parece inútil, pero tenemos que recordar cómo estamos auto destruyéndonos:
- Tirando basura en la calle que llega a contaminar los ríos.
- Tirando basura directamente en los ríos.
- Edificando cerca de los márgenes de los ríos.
- Cambiando el cauce de los ríos y arroyos.
- Construyendo bardas que impiden el flujo del agua.
- Destruyendo los cerros y bosques.
- Edificando sobre humedales y áreas ecológicas.
Sabemos que somos nosotros quienes estamos generando el cambio climático. Que las precipitaciones pluviales aumentan considerablemente a causa del daño ecológico que provocamos, pero tampoco olvidemos que hay corrupción detrás de varios puntos citados, especialmente en lo que se refiere al uso del suelo que autoriza el cabildo y también en la explotación de los materiales pétreos, aunque la gota que derrama el vaso es la omisión en cuanto a los trabajos de desazolve de los ríos y el deficiente trabajo en esta área, para lo cual es menester destinar una cantidad de recursos económicos del municipio. Esto es, el trabajo se realiza mal o no se realiza. Si investigamos el destino real de los recursos que se deben asignar a la prevención de estas inundaciones nos llevaremos una muy desagradable sorpresa. Muchos ciudadanos dicen que los responsables de esta desafortunada contingencia tienen NOMBRE y APELLIDO. Así lo escuchamos en repetidas ocasiones. Sabemos que existe una ley al respecto que finca responsabilidades y que los afectados pueden pedir se realice una investigación que sancione y que lleve a los responsables a resarcir el daño. De esa manera las penas de los afectados serían menos y seguramente este sería un buen ejemplo para las autoridades. Y después de la tempestad,¿ vendrá la calma, la resignación?¿o la prevención, la investigación, el escarmiento, la reparación del daño?
Grupos de colonos de diferentes zonas de San Cristóbal llevan años dando vueltas en las oficinas municipales principalmente. Denuncian invasión en las riberas de los ríos, denuncian construcciones en lugares inadecuados, denuncian obras que taponan el flujo de las aguas pluviales, denuncian muchas acciones que pueden frenarse a tiempo para no llegar a lo que se ha llegado. No hay respuesta. Las consecuencias no se hacen esperar.
En cada una de las colonias inundadas existe una o varias acciones que son invariablemente provocadas por algunos propietarios de esos espacios con la complacencia o complicidad de las autoridades en turno. Acciones fuera de la normatividad que afectan a muchos vecinos. Acciones abusivas y egoístas que llevan a la desgracia a grandes grupos humanos. La visión se limita a los intereses individuales, sean económicos o materiales, pero siempre excluyendo al otro, siempre ignorando el bienestar colectivo. Es un cada vez más deplorable y degradante egoísmo que hace padecer a nuestros semejantes. La naturaleza no perdona y nos ubica a todos donde nos corresponde. La naturaleza no excluye, arrasa con todo y con todos los que la agreden. Ante la naturaleza no hay privilegios. Sin embargo parece que no se entiende el mensaje y las agresiones a nuestro entorno ecológico no cesan. Ojalá no sea demasiado tarde cuando logremos entender este fenómeno.
Vaya paquete que queda a la próxima administración municipal. Abuso, inconsciencia, rapiña, saqueo; así puede llamarse lo que ha provocado esta degradación. La agresión es muy grande, revertirla no será tarea fácil. No se ve por donde comienza la madeja. Los enredos, los daños y los perjuicios son enormes. No queda más que ponernos TODOS manos a la obra y de manera urgente. No hay otra salida, tenemos que contribuir si queremos que todavía puedan vivir en este valle nuestros nietos. Hay que involucrar a los hijos, a toda la familia, a los vecinos en una cruzada emergente por el rescate de nuestro otrora hermoso valle. No hay tiempo que perder. Hagamos nosotros lo que otros no hicieron, reconstruyamos nosotros lo que otros destruyeron. Ni modos, a nosotros nos tocó, pero podremos tener la satisfacción de aportar para el beneficio de todos, yo veo que aún estamos a tiempo de resarcir gran parte del daño. ¿ O hay otra opción?
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