domingo, 10 de octubre de 2010

UN PEQUEÑO PARÉNTESIS

Filiberto Bedolla

Cuando contamos con cincuenta años de edad o más, es cuando nos damos cuenta de cómo hemos manejado nuestra vida. Vivimos de las cosas hemos gritado en el acantilado de nuestra existencia, porque lo que hayamos hecho y dicho, la voz del acantilado nos lo ha devuelto. Suave o fuerte, según lo habremos gritado Si amigos me refiero a que cuando niños o jóvenes jugamos con el Eco de algún acantilado en la montaña, esta nos devuelve a viva voz lo mismo. Si gritamos palabras bonitas o majaderías, así nos lo devuelve la resonancia llamada Eco.
En realidad amigos así es la vida. Te devuelve todo lo que haces o dices. Nuestra vida es simplemente el reflejo o el Eco de nuestras acciones. Si deseas que te traten bien, trata bien a las demás personas, Si quieres unos hijos cariñosos y responsables, sé cariñoso y responsable con ellos. Si quieres recibir amor y respeto, se amoroso y respetuoso. Si quieres tener frutos en tu trabajo, dale la atención y el esfuerzo que se merece. Etc. Etc. Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida, porque la vida te dará de regreso exactamente lo que tú le has dado.
Como dije, a cierta edad vivimos y disfrutamos del Eco satisfactorio de lo que nos hemos esforzado, y las carencias por lo que no hicimos. Porque siempre perseguimos o soñamos con riqueza, amor y éxito. Desgraciadamente, no todo es completo en esta vida. Lo importante es que estás vivo y si anteriormente gritaste al acantilado palabras soeces e insultos, puedes gritarle ahora palabras bonitas y entusiastas. Verás cómo te las devuelve claro y fuerte el Eco de la vida. Es mejor volverse atrás que perderse en el camino. Nunca es tarde porque cuando envejecemos, el arte de envejecer consiste en conservar alguna esperanza y poder vivir en paz con lo que es imposible cambiar. Con mucho afecto y respeto amigos: Donde haya dolor, les deseo paz y felicidad. Donde haya falta de fe en ti mismo, te deseo una confianza renovada en tu capacidad de superarla. Donde haya temor, te deseo amor y valor. Piensa y no le pidas todo a Dios para gozar la vida… el ya te dio la vida para gozarlo todo.

Hasta la próxima y recuerden: “QUE CURIOSO ES EL HOMBRE; NACER NO PIDE, VIVIR NO SABE, MORIR NO QUIERE”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario