domingo, 10 de octubre de 2010

TEMAS SELECTOS DE SALUD PÚBLICA

El plantón frente a la ONU por la disputa de terrenos en el Cerro del Huitepec

Francisco Millán Velasco


Este martes 12 de octubre marca el aniversario número 508 cuando yo era pequeño se llamaba el “Descubrimiento de América” por Colón, luego se le llamó “El Encuentro de Dos Mundos” y después “500 años de Resistencia Indígena”, fecha que se ha conmemorado con la erección de estatuas como también su destrucción (verse la estatua de Diego de Mazariegos que antes adornaba la Plaza de Santo Domingo y que se hizo trizas en 1992, para conmemorar los 500 Años de Resistencia), de protestas y marchas, y de felices días de asueto para los estudiantes. En esta ocasión, la celebración podría ser de cualquiera de esas dos últimas: el Rector de la UNACH, Dr. Ángel René Estrada Arévalo anunció en la Facultad de Ciencias Sociales que los alumnos tendrán tanto el lunes como el martes libres… se supone para que no se reúnan a hacer des—manes en la vía pública en protesta.

Podemos tomar el Día de la Raza como una celebración de la cultura perenne indígena-mestiza, que ha seguido su curso durante más de 20 milenios, que está viva y presente, trazando su propia respuesta a los retos actuales, hasta el día de hoy. Es una cultura que también heredamos en parte todos los mexicanos mestizos. Una parte de esta cultura es un fuerte nexo con la tierra, proveedora de agua para beber, maíz, frijol y verduras para comer, animales que dan lana, cuero o carne, leña para cocinar los alimentos, y madera y palma para hacer las casas donde se refugian las familias. Los mestizos apenas podemos comprender el arraigo de los pobladores originarios de esta tierra, donde cada piedra y cerro tiene sus leyendas ancestrales.

Hasta tiempos muy recientes, los indígenas no querían salir de sus comunidades en sus municipios, por el temor de morir en tierras extrañas, donde penarían sus almas, perdidas por toda la eternidad, y por ello respetaron y no habitaron el hermoso bosque y necesaria zona de reserva ecológica conocida como Huitepec, patrimonio de San Cristobal de Las Casas. Claro que todo eso ha cambiado en las últimas décadas. Por los incrementos en la población y la escasez de tierras cultivables, se ha desatado una fuerte migración, tanto a las ciudades como al país del norte, pero la llamada de la tierra sigue fuerte. Sobre todo, como cualquier ser humano, necesitan terrenos donde vivir el número cada vez mayor de gente campesina que quieren acercarse a la periferia de las zonas urbanas. Y de ahí el problema aún pendiente con la tierra y su usufructo.

Resulta que en San Cristobal unas 400 familias de una comunidad recién bautizada Nuevo San Juan del Río primero invadieron y luego están negociando la adquisición de 17 hectáreas donde repartirse lotes. Estos se ubican en las faldas del emblemático cerro del “Huitepec,” que conforma el hábitat natural de nuestra ciudad. Dicen que pagaron al dueño un millón de pesos como anticipo que este les recibió, y empezaron a sub-dividir el predio en lotes de 10 X 20 metros para construir chozas, y claro primero desforestar ocotes y robles, encinos, y fresnos. Pero salió que no hay autorización del “Uso del Suelo” de parte de las autoridades responsables: este predio no estaba urbanizado, ni tenía permiso del gobierno municipal para fraccionarse. ¿Qué hacer? Si cada uno de los 420 indigenas que estan en la lista dieron entre 1,500 y 2,500 cada uno a su lider de la OPEZ-MLN. Desesperados líderes ahora los manipulan y convocan para que se instalen en plantón frente a las oficinas de la ONU en la calle Josefa Ortiz de Domínguez desde hace 12 días.

Estas protestas frente a la ONU causan problemas para el personal de la ONU, que realmente no tiene vela en este entierro, como también el rechazo de los vecinos del rumbo, obligados a pasar encima de los cuerpos dormidos de campesinos de la OPEZ y MLN, para poder entrar en sus propias puertas de calle. Los vecinos ya buscan la manera de sacar la oficina de las Naciones Unidas fuera de su cuadra, ante los repetidos plantones y tomas de la calle, mientras que el personal que allí trabaja se queja de un reclamo ante la ONU totalmente ajeno a esta situación.

¿Pero que pueden hacer los demandantes? No encuentran solución en ninguna parte, porque es un asunto amañado. No hay acercamiento ni diálogo, ni de parte del gobierno municipal, ni del estatal todavía. Su primer representante está preso en el CERESO y ellos confían en un su abogado, de la organización que les ha prometido arreglo de cualquier modo. Ya como último recurso, cuatro mujeres jóvenes fueron convocadas para entrar a una huelga de hambre. Se dice que desde el jueves 7 en la noche, rehúsan probar alimento salvo agua con miel, al igual que otros sus compañeros que se observan frente al meritito Palacio de Gobierno Estatal de Tuxtla Gutiérrez. ¿Qué respuesta irán a tener?

Así es que, cinco siglos después de la conquista de este continente, los problemas de tenencia de la tierra siguen tan vigentes como nunca. El Gobierno en efecto no debe de permitir la deforestación, tirar los árboles y que se ponga en peligro después con un deslave la vida de cientos de familias pobres con la construcción de chozas Hagamos votos para un fin justo y pacífico a tan dolorosa situación, para que esas familias, hoy en búsqueda de un espacio de terreno se ubiquen en otro lugar que no sea el Huitepec, que entiendan que ese no es el lugar adecuado y que en otra parte, con el dinero que dieron y algunos apoyos y créditos puedan adquirir un lote para tener sus propias casas y vivir en paz.

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