
Francisco Millán Velasco
DESASTRE EN LAS COSTAS DE JAPÓN
DESASTRE EN LAS COSTAS DE JAPÓN
Japón es un pueblo muy solidario con Chiapas. Su Agencia JICA (Japan International Cooperation Agency o Agencia Japonés de Cooperación Internacional) desde hace un quinquenio viene apoyando cientos de operaciones de Labio Leporino y Paladar Hendido con sede en San Cristóbal de Las Casas bajo la organización del Dr. Juan de Dios Bermúdez del Hospital Regional. Varios compañeros de SSA han estado en Japón y han constatado los adelantos tecnológicos, la cultura milenaria, y su capacidad de salir adelante. Ahora que Japón sufre el embate de una de las peores catástrofes en su historia sentimos este sufrimiento del pueblo japonés, y saludamos a los residentes de aquel país en San Cristóbal Las Casas.
Antes de la tragedia dicen los que saben que si la gente que vive en las costas observa que el agua del mar desciende mucho, cuando se retira como que deja al descubierto el fondo del mar, es señal de que va a regresar con más fuerza, más altura y convertido en un tsunami: es decir, una gran ola gigante, una enorme marejada; es señal para correr, huir de inmediato y alejarse. A los japoneses no les dio tiempo de salvarse el viernes 11, ya que venía la ola gigante de 4 metros de altura a unos 800 kilómetros por hora. Más de mil murieron y hay pérdidas millonarias como sucedió este vez en Japón, como consecuencia de un sismo en que se movieron y deslizaron enormes placas del lecho del fondo del mar, cerca de las costas de Japón con las consecuencias que todos conocemos.
Grandes terremotos desde el 2010 hasta ahora han hecho temblar la tierra, recordamos los tres últimos terremotos: el de Haití 250 mil muertos, el de Chile de 8.8 en la escala de Richter causó con más de quinientos muertos y miles de damnificados, entre el temblor y el tsunami que provocó, y ahora este del Japón con magnitud también de 8.8 en la escala de Richter y graves daños ocasionados. El planeta está contestando las agresiones que la humanidad le produce con tanta destrucción de la naturaleza y tanta contaminación a la atmósfera.
Después de la devastación por la enorme ola, ahora viene la amenaza de desastre nuclear (ojala que no sea así) por lo pronto de dos plantas nucleares, Fukushima I y II, también conocidas como Daiichi y Daini, que han sufrido fallas críticas en su sistema de refrigeración, provocado el desalojo de 45,000 gentes de una zona de exclusión a 10 kilómetros de estas dos plantas nucleares. Gracias a Dios que las evacuaron, ya que el sábado explotó el edificio de la planta nuclear Daiichi, volando el techo y multiplicando las tasas de radiación emitida, al registrarse más radioactividad el día de ayer, que en todo el año previo. Afortunadamente, los daños afectaron nomás la estructura que contenía el reactor, y no el reactor mismo.
En la Región de Tojuku a escasos 240 kilómetros al norte de Tokio hay alerta nuclear en estas 2 plantas de Fukishima I y II, por ahora en dos de las 55 plantas nucleares que existen en Japón, ante una posible catástrofe nuclear en los 5 reactores con que cuenta esta última, por el calentamiento del reactor que este sábado por la tarde tenía un nivel mil veces mayor al normal de radiación, aunque parece que ya dejó de calentarse. Esperemos que no haya explosiones mayores, aunque la situación es grave todavía: urgen sustancias enfriadoras que países amigos le pueden proporcionar. Se siguen valorando todavía la gravedad de las fugas radiactivas. Estas producen cancer de piel y de todo tipo, leucemias, enfermedades y malformaciones congénitas ¿Japón lo ha sufrido antes por las bombas nucleares que le cayeron encima? Hoy estará preparado para una amenaza así? Creo que si porque:
Japón, situado en el Cinturón de Fuego del Pacifico, tiene una gran cultura de prevención y protección civil, con salidas de emergencia claramente marcadas y simulacros de desastre incluso semanales para preparar a la población y prevenir problemas. Después del gran sismo anterior de Kobe en 1995 que mató a 6,000 personas, Japón impuso estrictos códigos para la construcción que son la admiración del mundo entero, con tecnología de punta, incluyendo grandes colchones de hule debajo de los cimientos de todo edificio nuevo para absorber el impacto de los terremotos. La falta de tales medidas era evidente en la gran destrucción causada por el temblor de menor intensidad que devastó a Haití.
Sin embargo, muchos japoneses cuestionan el uso tan extendido de plantas nucleares en su país, que actualmente producen la tercera parte de su energía con fines pacíficos, y con planes de aumentar la proporción al 50% del total. Científicos japoneses y expertos en desastres habían advertido en repetidas ocasiones que los reactores eran un peligro en un país sísmico. ¿Seguirán adelante con los planes? El pueblo japonés es admirable y esperamos salgan a la brevedad de las secuelas de esta amenaza en las plantas nucleares dañadas.
¿Y nosotros, los mexicanos, que también habitamos en un país sísmico? ¿Tenemos estrictas medidas de construcción, acatados por todos los constructores del país? En México tenemos dos plantas nucleares Laguna Verde 1 en Punta Limón 1989; Laguna Verde 2 en Punta Limón en 1995; y un reactor con fines de estudio en Ixtapan de la Sal Edo. de México en el Instituto de Investigaciones Nucleares desde 1968. ¿Hay transparencia en el manejo de nuestros propios reactores? Ha habido muchos accidentes en plantas de petróleo y plataformas marinas, por ejemplo, y a veces lentas reacciones de las autoridades por lo que sospecho que no siempre estamos preparados. Si así respondemos en las cosas menores—¿cómo reaccionaríamos en el caso de un desastre nuclear en Laguna Verde?
Antes de la tragedia dicen los que saben que si la gente que vive en las costas observa que el agua del mar desciende mucho, cuando se retira como que deja al descubierto el fondo del mar, es señal de que va a regresar con más fuerza, más altura y convertido en un tsunami: es decir, una gran ola gigante, una enorme marejada; es señal para correr, huir de inmediato y alejarse. A los japoneses no les dio tiempo de salvarse el viernes 11, ya que venía la ola gigante de 4 metros de altura a unos 800 kilómetros por hora. Más de mil murieron y hay pérdidas millonarias como sucedió este vez en Japón, como consecuencia de un sismo en que se movieron y deslizaron enormes placas del lecho del fondo del mar, cerca de las costas de Japón con las consecuencias que todos conocemos.
Grandes terremotos desde el 2010 hasta ahora han hecho temblar la tierra, recordamos los tres últimos terremotos: el de Haití 250 mil muertos, el de Chile de 8.8 en la escala de Richter causó con más de quinientos muertos y miles de damnificados, entre el temblor y el tsunami que provocó, y ahora este del Japón con magnitud también de 8.8 en la escala de Richter y graves daños ocasionados. El planeta está contestando las agresiones que la humanidad le produce con tanta destrucción de la naturaleza y tanta contaminación a la atmósfera.
Después de la devastación por la enorme ola, ahora viene la amenaza de desastre nuclear (ojala que no sea así) por lo pronto de dos plantas nucleares, Fukushima I y II, también conocidas como Daiichi y Daini, que han sufrido fallas críticas en su sistema de refrigeración, provocado el desalojo de 45,000 gentes de una zona de exclusión a 10 kilómetros de estas dos plantas nucleares. Gracias a Dios que las evacuaron, ya que el sábado explotó el edificio de la planta nuclear Daiichi, volando el techo y multiplicando las tasas de radiación emitida, al registrarse más radioactividad el día de ayer, que en todo el año previo. Afortunadamente, los daños afectaron nomás la estructura que contenía el reactor, y no el reactor mismo.
En la Región de Tojuku a escasos 240 kilómetros al norte de Tokio hay alerta nuclear en estas 2 plantas de Fukishima I y II, por ahora en dos de las 55 plantas nucleares que existen en Japón, ante una posible catástrofe nuclear en los 5 reactores con que cuenta esta última, por el calentamiento del reactor que este sábado por la tarde tenía un nivel mil veces mayor al normal de radiación, aunque parece que ya dejó de calentarse. Esperemos que no haya explosiones mayores, aunque la situación es grave todavía: urgen sustancias enfriadoras que países amigos le pueden proporcionar. Se siguen valorando todavía la gravedad de las fugas radiactivas. Estas producen cancer de piel y de todo tipo, leucemias, enfermedades y malformaciones congénitas ¿Japón lo ha sufrido antes por las bombas nucleares que le cayeron encima? Hoy estará preparado para una amenaza así? Creo que si porque:
Japón, situado en el Cinturón de Fuego del Pacifico, tiene una gran cultura de prevención y protección civil, con salidas de emergencia claramente marcadas y simulacros de desastre incluso semanales para preparar a la población y prevenir problemas. Después del gran sismo anterior de Kobe en 1995 que mató a 6,000 personas, Japón impuso estrictos códigos para la construcción que son la admiración del mundo entero, con tecnología de punta, incluyendo grandes colchones de hule debajo de los cimientos de todo edificio nuevo para absorber el impacto de los terremotos. La falta de tales medidas era evidente en la gran destrucción causada por el temblor de menor intensidad que devastó a Haití.
Sin embargo, muchos japoneses cuestionan el uso tan extendido de plantas nucleares en su país, que actualmente producen la tercera parte de su energía con fines pacíficos, y con planes de aumentar la proporción al 50% del total. Científicos japoneses y expertos en desastres habían advertido en repetidas ocasiones que los reactores eran un peligro en un país sísmico. ¿Seguirán adelante con los planes? El pueblo japonés es admirable y esperamos salgan a la brevedad de las secuelas de esta amenaza en las plantas nucleares dañadas.
¿Y nosotros, los mexicanos, que también habitamos en un país sísmico? ¿Tenemos estrictas medidas de construcción, acatados por todos los constructores del país? En México tenemos dos plantas nucleares Laguna Verde 1 en Punta Limón 1989; Laguna Verde 2 en Punta Limón en 1995; y un reactor con fines de estudio en Ixtapan de la Sal Edo. de México en el Instituto de Investigaciones Nucleares desde 1968. ¿Hay transparencia en el manejo de nuestros propios reactores? Ha habido muchos accidentes en plantas de petróleo y plataformas marinas, por ejemplo, y a veces lentas reacciones de las autoridades por lo que sospecho que no siempre estamos preparados. Si así respondemos en las cosas menores—¿cómo reaccionaríamos en el caso de un desastre nuclear en Laguna Verde?
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