domingo, 20 de febrero de 2011

LA AUTORIDAD DE LA MUJER PROVOCA LA INTOLERANCIA DEL HOMBRE

María del Carmen Franco García

Por vez primera veo en este San Cristóbal de Las Casas, que mas de un varón exhibe sin disimulo su frustración cuando una mujer toma el mando. Da pena corroborar el atraso intelectual y de educación que aun se da en esta sociedad de un municipio tan importante como este que es visitado por miles de personalidades desde intelectuales hasta destacados profesionistas y políticos.
Es vergonzoso que tan cerradas mentalidades todavía se hagan notar cuando en tantos países y hasta en el poblado más humilde cercano a este como lo es Oxchuc, gobiernen mujeres sin que esto haga mayor aspaviento en los hombres. Sin embargo en esta cultura coleta aún existe la doble moral y el machismo, que quieren velar poniendo como pretexto la incapacidad, la falta de pericia o de experiencia de la mujer. Eso es abiertamente insultante y vergonzoso.
Aun estoy pasmada al escuchar como se cuestiona ahora, a un área como la policía local que ha sido en la historia de este municipio corrompida, sobajada y ensuciada por los ediles varones que han hecho de las suyas con esta corporación. Los desatinos de la corporación no han sido provocados por la hoy presidenta y su recién integrado ayuntamiento; tampoco los elementos policiacos han ingresado para delinquir, al menos no en su mayoría; claro que no, esta área ha sido cuidadosa y esmeradamente abusada, manoseada y enseñada a delinquir nada más y nada menos que por los propios regidores o presidentes quienes les han pedido cuotas económicas diarias o semanales, por lo que los policías se han visto en la necesidad de quitar el dinero de los ebrios o de los jóvenes para entregarlo a sus jefes. Esa y no otra es la verdad aunque quieran que creamos lo contrario. Ahora es una mujer a quien quieren achacarle el muerto, como generalmente pasa con los hombres. Y afortunadamente ya no nos engañan, solamente muestran sus propios complejos.

Es de sorprender que en la antañona San Cristóbal cuyos pobladores han evolucionado, varios de sus nativos no puedan digerir que ya se acabó el tiempo del macho grosero, que ya fue suficiente de cochupos, de poder abusivo y que los cantineros -y otros “negociantes”- ya no puedan dar la cuota al director de servicios públicos, que no habrá la invitación a los cuates, a los funcionarios o a los que hay que acallar, a los “centros nocturnos” para ofrecerles una chica que los entretenga mientras toman alcohol gratis.
Claro que les duele a quienes buscan hacerse millonarios a costa de la ecología de este valle, o a costa de la salud de los jovencitos. Y a los que están acostumbrados a sacar tajada por ser cómplices.
Claro que les duele que no vuelen los billetes de varias denominaciones por cualquier cosa, o se reciban “disimuladamente” en la mano para mantenerlo contento y para que los otros puedan hacer a sus anchas sus fechorías. Claro que duele que alguien llegue a poner en su lugar a los que siempre vivieron como reyes sin merecerlo, es doloroso y no es fácil aceptarlo. Por eso se retuercen en su machismo y buscan que un proyecto con líder femenina fracase y nunca más una mujer vuelva a atreverse a sacar la cara por su pueblo.
No, no es fácil romper esquemas rancios de abusos, de cinismo, de infidelidades, de negros procederes. Se rompen cadenas de poder y pierden poderes económicos y políticos. Esa y no otra es la realidad. Mi pregunta es ¿estaremos las mujeres y los hombres conscientes del trasfondo de este fenómeno? ¿Las mujeres nos seguiremos dejando manipular por la misoginia de los machos que aún quedan en este lugar?
Yo estoy absolutamente convencida que los tiempos cambiaron para bien, que las mujeres en gran mayoría estamos capacitadas para liderear con más responsabilidad, con mas compromiso, con mas justicia y con mas transparencia que la gran mayoría de los varones, a quienes no culpo, sino que así fueron enseñados por sus ancestros o por el medio en que se desarrollaron. En cambio a las mujeres se nos enseñó a crear y a criar a otros seres humanos, a hacer de nuestros hijos gente de bien, a dar nuestro tiempo, nuestro empeño y nuestro trabajo en alimentar, cuidar, formar, acompañar, educar, en fin a SERVIR a nuestros semejantes. Y que mejor líder o gobernante que quien sí sabe servir.
Por eso se entiende que el arrebatar a los varones un poder mal entendido y mal ejercido o un poder ejercido para el mal, sea por cuestión de educación o por simple gusto, duele. Tanta intolerancia genera, que se atreven a decir que la mujer que es líder se deja manipular por un hombre, nada mas absurdo y aberrantemente machista, cuando a una mujer le representa una lucha doblemente difícil llegar a ser líder. No señores, ustedes que están acostumbrados a vivir del engaño y la faramalla, pónganse ya a trabajar limpiamente, acérquense más a su esposa y a sus hijos. A lo mejor algún día alcanzan de nuevo los méritos para retomar el poder. Todo lo anterior sea dicho solamente a los machos que aun quedan y quienes afortunadamente ya están en franco proceso de extinción.

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