domingo, 24 de octubre de 2010

ESPACIO LIBRE

Cutberto Andrade Melo

Quienes aspiran a gobernar este estado, han iniciado amarres y acciones, que si bien, para algunos, no les garanticen siquiera ser candidatos, si les permiten cuando menos, negociar algún puestecillo, con ello mantenerse en la ubre presupuestal o figurar de nueva cuenta en el ámbito político local, como es el caso de Rutilio Escandón, aquel, que fue senador, le balconearon en un festejo de la Constitución de nuestro país, un medio de comunicación nacional, le pregunto si sabía lo que establecía el artículo 58 de la Constitución y después de balbucear una respuesta que evidentemente no sabía, termino diciendo que “a que venía la pregunta”, ante lo cual le informaron que toda vez que se festejaba un aniversario más de la Constitución y que él como senador tenía la alta responsabilidad de representar a ciudadanos mexicanos, ser participe en la creación, modificación o derogación de leyes en nuestro país, se entendía que debería conocer lo establecido por la ley suprema y más aun, el artículo 58 de la Constitución, ya que en este, estaban contenidos los requisitos de elegibilidad para ser Senador, ¿cómo la ve?
Este tío no supo ni siquiera con que requisitos llegó a ser Senador, pero eso sí, quiere “mejorar la economía de los que menos tienen, gobernando a nuestro estado”, cuando es evidente que él sabrá de economía, lo que yo de energía nuclear. Eso sí, se le recuerda por ser uno de los impulsores de la fatídica carrera del locutor político racista, diputado federal, conocido como el chunco, quien anda de nuevo vociferando a los cuatro vientos, que el cáncer le volvió, sin embargo, quienes le conocen, ya no se tragan el cuento y por ello, hay que recordar la moraleja de la fábula de Pedro y el lobo.
El que sigue en campaña, digo sigue, porque desde la campaña para alcanzar la senaduría no ha dejado de visitar y recorrer ampliamente el estado de Chiapas, es el güero Velasco, quien felicitó a las y los doctores de Chiapas, y les expresó que son pieza clave del sistema de salud y pilares del bienestar de todas las familias chiapanecas. “Envío mi más sincero reconocimiento a las y los doctores que trabajan en hospitales, clínicas y consultorios, centros de salud, así como en la academia y la investigación”, expresó el legislador con motivo del Día del Médico que se festeja hoy.
Y remató: “Muchas, muchas felicidades”. El senador chiapaneco sostuvo que el saber del médico incide directamente en la calidad de vida de la gente. “Ustedes ponen sus conocimientos al servicio de los demás para aliviar padecimientos, para salvar la vida, para erradicar la enfermedad”, apuntó.
Por ello, afirmó que todo avance en materia de salud debe ir acompañado del avance en el mejoramiento de las condiciones de trabajo de las y los doctores, y para lograrlo, destacó, ha presentado iniciativas de Ley que defienden sus derechos y conquistas laborales.

“Somos aliados de las y los médicos, creemos en su importancia para el desarrollo de Chiapas y por eso seguiremos desde el Senado apoyando firmemente su labor”, concluyó. Hasta el día de hoy, Velasco Coello, es el único contendiente claro a la gubernatura de nuestro estado para las próximas elecciones, en las que, contenderá con las siglas del PVEM en alianza con el PRI, dejando en el camino a muchos otros, que de igual forma, se han anotado ya, para tratar de alcanzar la candidatura de sus respectivos partidos o cuando menos, como lo hace Rutilio, para negociar un puesto en el engranaje estatal.

Aun cuando se hacía necesaria la reparación de las calles de la Almolonga y la Av. Benito Juárez, mucho malestar ha causado a la población, que las autoridades no hayan tenido la capacidad para ofrecer vías alternativas y evitar el caos vial ocasionado en esta zona de la ciudad, en la que las mentadas, los gritos y sobre todo el ruidero provocado por los claxon, son ya insoportables. Esperemos que en los próximos días, tengan alguna solución emergente, que evite mayores problemas e incomodidades a la ciudadanía sancristobalense.
Dicen los que saben, que en el ayuntamiento coleto ya no hay dinero, no alcanzo, no rindió. Son algunos de los comentarios escuchados, esperemos sinceramente que no suceda lo mismo que con la primera presidenta municipal de esta antañona, quien después de auto calificarse, como la mejor presidenta (la única), terminó con sendos problemas que hoy día no concluye de solucionar, aun se les ve muy apenados, tanto a ella, como a Cesar Augusto Rojas Cabrera, aquel que trascendió primero como un nefasto sindico municipal y después como el 1 ½ kg. En el trienio que debió concluir Sergio Lobato García, presentándose a cumplir con diligencias en el Órgano de Fiscalización Superior del Congreso del Estado, derivados de las omisiones en comprobación y desde luego, en la omisión grave de no haber concluido el proceso de entrega recepción, bien establecido en la Ley que Fija las bases para la Entrega Recepción de los Ayuntamientos del Estado de Chiapas.
¿A qué le apuesta cada uno de nosotros para sobrevivir los próximos años? ¿Acaso pensamos que haciendo uno que otro malabar lograremos lo mínimo indispensable para asegurarnos la subsistencia, la seguridad y quizá una (mediana) realización personal? ¿Pensamos, por ejemplo, que si hacemos como que nada pasa y mantenemos nuestros hábitos actuales alcanzaremos a recibir suficiente agua para el resto de nuestros días? ¿Anhelamos que las balaceras, desapariciones y asesinatos pasen tantito lejos de nosotros por designio divino y para siempre? ¿Esperamos que nuestro trabajo sea eterno, o nos adherimos a la idea de que “aunque sea vendiendo tortas, tacos o pambazos en la esquina” habremos de librarla? Si pensamos en un hipotético plazo de cinco años (más o menos lo que alcanzamos a presentir de nuestro futuro propio), muchas personas apuestan a los cambios de gobierno (o la famosa alternancia, de la que ya estamos viendo los resultados) para “acomodarse” en un empleo; otras personas planean mudarse a otro país (con o sin documentos en regla); otras esperan una beca, la aprobación de un crédito, la resolución de un caso legal para recibir por fin alguna herencia… Sin que alguna de estas respuestas sea la solución. Existen personas desoladas por la situación actual del mundo, y son más de la catastrófica idea de que pocos años faltan para un colapso general que necesariamente deba resultar en algo mejor.
No obstante y a regañadientes (no porque no lo creamos, sino por hartazgo), hemos de reconocer que existe un sector que sigue esperando -y trabajando por- cambios integrales que incluyan y activen a la ciudadanía en la conformación de una nueva democracia. Uno de los casos más destacados a nivel nacional que ejemplifican lo anterior es el de Sergio Aguayo Quezada, prominente académico, internacionalista y defensor de los derechos humanos que insiste y persevera en esto de arreglar al país por la vía de la legalidad, empezando por darle nueva vida a la sociedad civil y su relación con las instituciones. Cosa sumamente difícil, porque a pesar de que la ciudadanía ha logrado activar grandes movimientos, la única dinámica constante que la caracteriza es esta mezcla de conformismo, miedo y desidia que ha permitido un clima de impunidad increíble, la deshonra de la corrupción, se ha hecho presente desde que tenemos memoria, Sergio Aguayo opina que la coyuntura que estamos a punto de vivir con motivo de la carrera por la sucesión presidencial, es una oportunidad inmejorable para que la sociedad civil le dé “otra dimensión a la palabra democracia”. A partir de estas razones es que publica el libro Vuelta en U. Guía para entender y reactivar la democracia estancada, como una especie de receta para orientarnos en torno a lo que él considera como pasos a seguir rumbo a un cambio, un cambio real, que no bajará del cielo, sino que será gestado por nosotras y nosotros mismos, tenemos el poder del voto, el poder de decidir, sin embargo somos aun, presas de aquellos, a los que se les convence o se les coacciona por que tienen hambre, porque tienen carencias, por que los apoyos de oportunidades, son eso oportunidades de solución provisional, no soluciones definitivas, porque no se enseña a trabajar y producir para ganar, se enseña a pedir y recibir, a cambio de qué? Obvio. Aborda puntos como transparencia, rendición de cuentas e interlocución con los partidos políticos. No con una actitud de reclamo por lo mal que se han portado con el pueblo, sino como elementos a los que podemos dar vida y de los cuales debemos hacernos responsables, si es que realmente nos interesa transformar al país. Por ejemplo: Una de las estaciones en las cuales debemos hacer alto es lo que Aguayo llama “monitoreo de partidos”. Primero, afirma que “los partidos son indispensables para la democracia”. Esto es terrible si pensamos en que cada vez más personas desearíamos que el sistema de partidos desapareciera. Pero por otro lado, si la afirmación es correcta (no lo ponemos en duda) y éstos son indispensables, entonces también lo es la militancia. El razonamiento simple es que todas y todos deberíamos militar en un partido político para ser parte de una democracia activa, independientemente de las cuestiones electorales. Esto tiene sus aristas, pero de entrada suena interesante, si es que logramos vencer el corporativismo o al enemigo más potente y fuerte, el Abstencionismo.
Dice además que los partidos políticos de hoy no están funcionando y necesitan reformarse, “pero no lo harán voluntariamente porque sus dirigencias y burocracias son adictas al dinero fácil, a los cargos bien pagados y a la impunidad. En consecuencia, la presión social ha de concentrarse en denunciar y combatir su corrupción e ineficacia, al mismo tiempo que exigir transparencia y rendición de cuentas”. Parece asunto sencillo, pero la realidad es que asumir la disposición de observar el desempeño de los partidos políticos es complejo desde diversas perspectivas. Mire usted la forma tan patética en que los dirigentes estatales de los partidos políticos se sacan la lengua y se pican el ojo sin discutir cuestiones a profundidad, banales total y absolutamente. ¿Qué vía podemos usar o crear para que trabajen seriamente? Pensamos que la responsabilidad ciudadana de vigilar a los partidos recae en todas y todos, y no solamente en los órganos de fiscalización, tribunales electorales o adversarios políticos.
Creemos que si los partidos fueran dignos, todas las personas deberíamos militar en alguno de ellos. Creemos que precisamente porque no lo son, debemos tomar con mucha seriedad, no sólo el hecho de que comen y disfrutan con nuestros impuestos, sino que toman decisiones legislativas, generan políticas públicas y lamentablemente lo están haciendo todo muy mal. La interacción es indispensable en la propuesta de Aguayo, pero se trata de un plan de acción integral, y quizá no exista otra opción por la vía pacífica. No porque la de Aguayo sea perfecta (con toda seguridad puede enriquecerse), sino porque trabaja aspectos que la mayoría quisiera evitar, y que recaen en lo inevitable: hacer que funcione, desde la ciudadanía, el estado de derecho, hacer que los gobiernos manden como debieran, obedeciendo la voluntad del pueblo.

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