domingo, 28 de febrero de 2010

UN PEQUEÑO PARÈNTESIS

Filiberto Bedolla

En este mundo de interminables y sorpresivos cambios, desgraciadamente muchos más malos que buenos, hablando de cambios en general como: El cambio climático muy drástico, deslaves de montañas, terremotos, hambre e inundaciones en muchas partes del planeta, y aunados a la corrupción, la delincuencia, proliferación de las drogas, inconscientes y nefastos legisladores y políticos que se vuelve ya una amenaza latente para el desarrollo de cualquier país y haciendo de alguna manera, el futuro incierto para todos. Sobre todo de las nuevas generaciones que se topan con el desempleo y falta de oportunidades causando decepción por haber luchado tanto y prepararse, luego tristemente no hay donde colocarse para trabajar y si hay, recibiendo un mísero sueldo. Todas estas calamidades modernas tornan turbio el futuro de quienes luchan por vivir mejor.

Venir a este mundo y vivir son privilegios y retos extraordinarios a un mismo tiempo; el reto y la meta más difícil de todo ser humano es prepararse para ser alguien y para vivir dignamente. Cuantas veces soñamos o anhelamos con destacar en la vida, en nuestro trabajo y con ello, y con nuestra forma de ser, sea un ejemplo y que nos recuerden por nuestros más grandes logros, ¡ufff¡ tal vez cientos de veces pero, desgraciadamente casi siempre se quedan en sueños o simples promesas de año nuevo que se hacen cada año y prontamente se desvanecen terminando enero. Unos por falta de oportunidades, otros por conformismo y no aspirar a nada

Y es que no todos estamos dispuestos a pagar el precio para lograr nuestros propósitos y somos tacaños y miserables. Sí amigos, el precio o la moneda a pagar para lograr todo lo que nos propongamos y poder saborear la satisfacción de nuestro trabajo, estudio, o deporte, la poseemos todos y la tenemos guardada en la bóveda de nuestro corazón y se llama, sacrificio, constancia y disciplina. Amigo… no seas tacaño y sácala a relucir y paga con ella todos tus sueños. Acúñala con el acero inquebrantable de tu decisión y la aleación de plata pura de tu entereza y un puñado de oro de tu más caro anhelo y entonces… púlela… púlela hasta que brille tanto y pueda opacar toda indecisión y la pereza. Así es amigos… agobiados por todos los males mencionados y todavía indecisos y perezosos, entonces ¿que esperamos para salir adelante? Mejoremos nuestra actitud, dejemos de estar en la mediana de las cosas, esmerémonos cada vez más en nuestro trabajo. La vida no solo es el ciclo de nacer, crecer, reproducirse y morir. Tiene un sentido, dale un sentido y lucha por él. Lucha con trabajo y buen ejemplo en contra de todos los males que hay, y por haber, para que otros te imiten y así mejorar la calidad de vida y quizá el mundo que nos rodea. De seguro las nuevas generaciones se encargarán de continuar lo bueno que hayamos comenzado. De lo contrario, el egoísmo, la corrupción, la inconsciencia y los malos hábitos continuarán por generaciones.

Pero para ello, hay que sembrar en la mente fértil y limpia de impurezas de nuestros niños la semilla de la honestidad, la vida sana, las buenas costumbres; amor y responsabilidad al prójimo y al trabajo, por muy humilde que este sea.
Porque de seguro, según lo que somos y enseñemos, como un espejo nos veremos reflejados en la actitud de cada uno de ellos. El mundo se proyecta por medio de nosotros, si actuamos y participamos de una manera positiva, directa y unida, habrá evolución moral y humana. De lo contrario, los pocos valores morales que escasamente se practican y la inconsciencia sobre la madre naturaleza terminará por aniquilarnos, o aniquilarnos unos a otros. ¡Actuemos ya¡ Empecemos por nosotros mismos y por nuestra casa. No te olvides que: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar y al volver la vista atrás, verás la senda que nunca has de volver a pisar” Ciertamente amigos pero… el camino que hagas hoy, al volver la vista atrás, verás con satisfacción o tristeza según haya sido tu andar. Si bien, verás con satisfacción que todo lo bien andado por ti dará dirección y habrá pocas piedras y espinas para los que vienen detrás, y no tropiecen tanto en su andar hacia el futuro.

Hasta la próxima y recuerden: “TU PUEDES PREDICAR UN MEJOR SERMÒN CON TU VIDA QUE CON TUS LABIOS”

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