Amalia Avendaño
Aunado, a los injustificables errores, ortográficos, del Plan Municipal de Desarrollo, que según sus autores “está alienado (sic) a los 8 Objetivos del Milenio”, el documento tiene deficiencias graves, en su elaboración, siendo lo más embarazoso, el trato poco serio a determinados temas y el olvido total a otros, que la ciudadanía ha planteado como fundamentales para el buen gobierno, destacando el asunto del Instituto Municipal de la Juventud.
Al principio de las más 135 cuartillas del Plan Municipal de Desarrollo, se utiliza texto y palabras de los foros ciudadanos, realizados antes de que tomara posesión Cecilia Flores Pérez, sobre la problemática juvenil, dejando constancia que su atención, es una demanda sentida de un sector de la población.
Lamentablemente el tema no vuelve a aparecer ni en la parte de “Retos en el Corto, Mediano y Largo Plazo”, ni siquiera en la estadística demográfica sobre cuántos jóvenes existen en la ciudad, tampoco está en las páginas de la “Agenda Local de Políticas Públicas” ni en los “Ejes Transversales de la misma”.
Similar situación ocurre con las reivindicaciones de quienes dedicaron buena parte de sus esfuerzos, a pedir la atención oficial, a la concientización de la lucha contra el maltrato hacia los animales y quienes -si se ejecuta como está publicado el Plan Municipal de Desarrollo- no tienen cabida en el proyecto de la actual administración.
Contrasta el tema religioso, que mereció más de 2 cuartillas, de parte de los redactores del Plan Municipal de Desarrollo, quienes en la exageración, para tratar el asunto que encuadran entre los “Principales Problemas” de “Seguridad y Tranquilidad Social” de San Cristóbal, llegan al extremo de detallar cada una de las comunidades y municipios chiapanecos que enfrentan estas dificultades, incluyendo localidades de Las Margaritas, Trinitaria y Tumbalá.
Los párrafos que abultan el documento municipal, hablan de una realidad reconocida, como lejana incluso por los propios líderes evangélicos, pero que según el Plan municipal de Desarrollo es un “principal problema” de “Seguridad y Tranquilidad social” de San Cristóbal:
“En Chiapas, más de 30 mil indígenas han sido hostigados, asesinados, perseguidos, ultrajados y expulsados por razón de su fe, por lo que emigraron de diversos parajes como San Juan Chamula, Chanal y Zinacantán, hacia municipios aledaños como Teopisca y San Cristóbal de Las Casas; siendo esta ciudad donde se establecen los más grandes cinturones de grupos de indígenas desplazados por este fenómeno”, afirma el ayuntamiento coleto.
“Por ello -plantea el cabildo en el Plan- es imperativo iniciar gestiones con urgencia en las comunidades y con sus autoridades rurales, en donde se han dado estos brotes de intolerancia o discriminación y posteriormente en todas las comunidades del municipio”, entre otras “soluciones” que quizá hace algunos años habrían sido válidas pero que nada tienen que ver con el San Cristóbal actual donde generaciones nacidas de quienes hace mucho fueron desplazados son hoy ciudadanos con los mismos derechos, obligaciones y necesidades que el resto de los grupos sociales sancristobalenses.
Al principio de las más 135 cuartillas del Plan Municipal de Desarrollo, se utiliza texto y palabras de los foros ciudadanos, realizados antes de que tomara posesión Cecilia Flores Pérez, sobre la problemática juvenil, dejando constancia que su atención, es una demanda sentida de un sector de la población.
Lamentablemente el tema no vuelve a aparecer ni en la parte de “Retos en el Corto, Mediano y Largo Plazo”, ni siquiera en la estadística demográfica sobre cuántos jóvenes existen en la ciudad, tampoco está en las páginas de la “Agenda Local de Políticas Públicas” ni en los “Ejes Transversales de la misma”.
Similar situación ocurre con las reivindicaciones de quienes dedicaron buena parte de sus esfuerzos, a pedir la atención oficial, a la concientización de la lucha contra el maltrato hacia los animales y quienes -si se ejecuta como está publicado el Plan Municipal de Desarrollo- no tienen cabida en el proyecto de la actual administración.
Contrasta el tema religioso, que mereció más de 2 cuartillas, de parte de los redactores del Plan Municipal de Desarrollo, quienes en la exageración, para tratar el asunto que encuadran entre los “Principales Problemas” de “Seguridad y Tranquilidad Social” de San Cristóbal, llegan al extremo de detallar cada una de las comunidades y municipios chiapanecos que enfrentan estas dificultades, incluyendo localidades de Las Margaritas, Trinitaria y Tumbalá.
Los párrafos que abultan el documento municipal, hablan de una realidad reconocida, como lejana incluso por los propios líderes evangélicos, pero que según el Plan municipal de Desarrollo es un “principal problema” de “Seguridad y Tranquilidad social” de San Cristóbal:
“En Chiapas, más de 30 mil indígenas han sido hostigados, asesinados, perseguidos, ultrajados y expulsados por razón de su fe, por lo que emigraron de diversos parajes como San Juan Chamula, Chanal y Zinacantán, hacia municipios aledaños como Teopisca y San Cristóbal de Las Casas; siendo esta ciudad donde se establecen los más grandes cinturones de grupos de indígenas desplazados por este fenómeno”, afirma el ayuntamiento coleto.
“Por ello -plantea el cabildo en el Plan- es imperativo iniciar gestiones con urgencia en las comunidades y con sus autoridades rurales, en donde se han dado estos brotes de intolerancia o discriminación y posteriormente en todas las comunidades del municipio”, entre otras “soluciones” que quizá hace algunos años habrían sido válidas pero que nada tienen que ver con el San Cristóbal actual donde generaciones nacidas de quienes hace mucho fueron desplazados son hoy ciudadanos con los mismos derechos, obligaciones y necesidades que el resto de los grupos sociales sancristobalenses.
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