domingo, 3 de abril de 2011

Las Corridas de Toros.

José Luis Castañón Helgueros

El toro de lidia es un animal salvaje. Necesita grandes extensiones de terreno. Su aptitud es la bravura y se selecciona únicamente para acometer.

Se dice que hay un debate sobre las corridas de toros, ya que un grupo de personas que dice “proteger” a los animales se ha dado a la tarea de recolectar firmas para que no se realicen en la próxima Feria de la Primavera y de la Paz.

¿Qué validez puede tener un documento con firmas de los turistas nacionales y extranjeros que nos visitaron el pasado fin de semana? NINGUNO.

Hasta el momento no han presentado algún estudio científico para demostrar “Que la acción de las corridas de toros está basada en la tortura, el dolor y el ensañamiento con el toro, así como en el desprecio hacia los derechos de los animales”. Esto en cuanto a los toros.

Añaden que “Ante los daños colaterales que trae al desarrollo mental y ético de todo aquel individuo expuesto a estas corridas”. Aquí tampoco presentan algún estudio científico para explicar cuáles son los supuestos daños colaterales.

Mientras que este grupo de personas no presente datos fehacientes sobre su dicho quedan en entredicho sus argumentos.

LO QUE DICE EL DR ILLERA SOBRE LA LIDIA DEL TORO BRAVO

El profesor Juan Carlos Illera del Portal, director del Departamento de Fisiología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid ha presentado un trabajo denominado “EL TORO DISMINUYE LA PERCEPCIÓN DE DOLOR CON UN MECANISMO ESPECIAL” en el que estudia el estrés y los mecanismos neurofisiológicos desarrollados por el toro de lidia. Entre las conclusiones del trabajo expuesto, destaca el menor estrés sufrido por el toro de lidia en relación con otras especies de ganado -cuyo principal factor estresante es el transporte- y la teoría, a falta de nuevas investigaciones, de que el toro no sufre dolor durante su lidia.
El profesor Illera ha comenzado su disertación definiendo el concepto de estrés y los tipos existentes de agentes estresantes: cualitativos (físicos, psicológicos o emocionales, mixtos o físico-emocionales) y cuantitativos, analizando la intensidad y duración del estímulo (agudos, crónicos o intermitentes crónicos). También ha querido aclarar que “en fisiología siempre hay respuestas individuales, aunque exista un patrón general, cada uno responde de forma distinta ante un agente estresante, no es la misma respuesta de estrés dependiendo de la raza o de la edad”. En su exposición, el profesor ha explicado la respuesta del animal de lidia ante el estímulo estresante: “La mayor amenaza, el mayor factor estresante del toro en la lidia, es el momento de la salida, cuando se enfrenta a la plaza y el bullicio. Esa amenaza desencadena una reacción o bien de lucha o de huída (acometida o no), después tantea la situación dentro de la plaza (mira, observa, controla) y, finalmente, desarrolla la respuesta agresiva, mediante la movilidad o exhibición de agresión”. También comparaba el comportamiento de los toros de lidia en relación con otras especies: “Es muy raro que un toro salga a la plaza y se tumbe a dormir. En cambio, en otras especies, si que ocurre ante un estímulo estresante, que desencadena una incapacidad para enfrentarse o depresión, como intentando olvidarse de ese estímulo”. Para presentar las primeras conclusiones del estudio, el profesor Illera señala que se lleva estudiando los valores de las hormonas liberadas ante situaciones estresantes durante casi 12 años. Fundamentalmente, y para profundizar en este estudio, se han analizado toros y novillos, sobre los que se han estudiado los niveles de Cortisol, Epinefrinas y b-endorfinas (respuesta inhibidora del dolor).Las conclusiones alcanzadas en las primeras fases del estudio afirman que “el estrés que sufre el toro o novillo en la salida del chiquero es el más elevado, pero aun así, es mucho menor que el que sufre otro tipo de ganado a la hora del transporte, en el caso estudiado, en un viaje de dos horas al matadero. Con el estudio queremos comprobar que el toro de lidia tiene un mecanismo especial de adaptación, y no sufre el mismo estrés que otro tipo de animales. Según los primeros resultados, el nivel de estrés en el toro de lidia es diez veces menos en relación con otras reses”. Por último, el profesor Illera habla del estudio del dolor en el toro de lidia: “El toro tiene varios mecanismos receptores del dolor. Cuantos más receptores estén bloqueados, más aumenta el umbral del dolor. En el caso del toro de lidia, durante la misma libera muchas b-endorfinas, más que cualquier otro tipo de animal en otra situación. Por eso, nosotros somos de la idea de que el toro no sufre dolor durante la lidia. Si al animal algo le hace daño, su respuesta habitual será la huída, no volverá a acometer al caballo, conociendo el dolor que se le va a infligir, con la normalidad con la que lo hace”.
Un estudio revela por qué el toro no sufre en la plaza. El profesor Juan Carlos Illera del Portal, ha realizado un estudio que demuestra de manera científica que el toro tiene menos estrés durante su lidia que durante el transporte. En el se aclara que el toro, ante el dolor, libera unas hormonas, las betaendorfinas, que contrarrestan el sufrimiento, que llega a ser casi nulo. Illera explica que lo primero que encontraron al comenzar a trabajar es que “El toro es un animal, entre comillas, especial endocrinológicamente hablando, ya que tiene una respuesta totalmente diferente a la de otras especies animales. Hemos llegado a comprobar con medidores del estrés, que el toro tiene durante la lidia> menos niveles hormonales que durante el transporte”.
Estas mediciones han sido realizadas a toros que son devueltos a los corrales, unos antes de ser picados, otros después y otros incluso con banderillas: “Así hemos podido comprobar que el momento de mayor estrés para el toro es cuando sale a la plaza, desde que está en los corrales hasta que aparece en el ruedo.
El toro es un animal especial, que está perfectamente adaptado para la lidia. Y es que todos sus mecanismos endocrinos (hormonales) se ponen en funcionamiento de una manera totalmente distinta a la de cualquier otro animal o incluso las personas. En concreto, los toros en el ruedo liberan betaendorfinas, también conocidas como la “hormona de la felicidad”, que “bloquea los receptores de dolor en el sitio donde éste se está produciendo hasta que llega un momento en que el dolor y el placer se equiparan, y deja de sentirse dolor”.
Gracias a estas mediciones, descubrieron que “el umbral de dolor en los toros es grandísimo. Illera comenta que en una corrida incruenta el sufrimiento del toro sería mayor: “Si no se le picara ni banderilleara, posiblemente siguiera con el altísimo nivel de estrés que tiene al salir al ruedo. La puya provoca un mecanismo doble en el toro: por un lado le estresa y por otro le produce dolor: y, por consiguiente, al sentir dolor, comienza a liberar las betaendorfinas que lo matizan.
El toro es distinto a los demás animales porque, en cuanto tiene estrés, en mucho menos tiempo que un segundo ya está liberando hormonas para contrarrestar esa situación”. Una vez que ya se han llegado a estas conclusiones, ahora el objetivo del estudio es “recoger muestras de músculo y ver cuántos receptores están bloqueados ante el dolor. Y en cuanto tenga medido el número de receptores bloqueados, yo podría aseverar perfectamente que ese animal no sufre. Así como lo digo: no sufre dolor. De momento sólo puedo decir que creo que no sufre demasiado dolor, pero en cuanto avancemos en la investigación, y sepamos que los receptores están bloqueados, podré afirmar que ahí no hay ninguna sensación de dolor”, sentencia el veterinario.
“Los protectores de animales” no han dicho nada al respecto de cómo se preparan los langostinos; directamente del mar a una olla con agua hirviendo. Dirán que solo sirven para comerlos.
PARA PODER ESCRIBIR O SIMPLEMENTE OPINAR, DEBE HACERSE CON SERIEDAD Y RESPONSABILIDAD, Y CON UN CÚMULO DE INFORMACIÓN CIENTÍFICA, NO SOLAMENTE POR LO QUE CREEMOS O SENTIMOS.

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