María del Carmen Franco García
Todos tipos de chismes, zancadillas y golpes bajos comienzan a salir a la luz entre quienes tienen (aunque parezca inaudito) ya la mira en sus intereses políticos para las próximas elecciones y apenas a tres meses de iniciados estos nuevos gobiernos municipales, ya algunos los más cínicos y ambiciosos están más ocupados en “golpear” a sus adversarios (as) políticos(as) que en desempeñar su trabajo como Dios manda y responder a la ciudadanía que les mantiene en algún puesto de poder.
Es triste, es deplorable darnos cuenta que con consigna destructiva y estrategias sucias (que traman siempre en cafeterías o restaurantes de la ciudad) algunos que se ostentan en el poder estén manipulando a la ciudadanía, a la opinión pública, buscando la confrontación y la desestabilización de una sociedad a la que dicen servir.
¿Y la ciudadanía qué papel está desempeñando en todo esto? Lo seguro es que al final siempre sale perdiendo. Hemos visto en San Cristóbal un nuevo gobierno joven, con empuje y con una mujer a la cabeza. Eso nos genera una nueva esperanza, un respiro de aire fresco, sin embargo desde dentro y también afuera hay insistencia, hay terquedad en empañar el trabajo que aun comienza. Eso es lamentable porque a todas luces esas actitudes no son con el fin de contribuir ni mucho menos de comprometerse en las soluciones que tanto requieren los asuntos pendientes de San Cristóbal, y que últimamente han crecido de manera sorprendente. En resumen, no abonan al trabajo, más bien lo frenan, lo limitan, lo impiden. Esto agrede y lastima a la sociedad. Esto habla de una actitud motivada por envidia, por intereses mezquinos y por inconsciencia. Si estas personas valoraran la importancia que reviste desempeñar un cargo público y estuvieran conscientes de la gran responsabilidad y del alto honor que significa servir a su comunidad como funcionarios, otra cosa fuera. Desafortunadamente para los Sancristobalenses esto es lo que ahora menos les importa frente a lo que pretenden desde ahora construir para el próximo período electoral y así asegurar su manutención por parte de la instancia gubernamental.
Como ciudadanos en medio de estos intereses, no debemos ocultar la cabeza. Por lo menos debemos investigar de donde viene tanto afán de destrucción y denunciarlo. Si bien aún hay gran rezago por superar en cuanto a género y muchos varones no soportan que una mujer gobierne, tampoco puede esta desviación pasar sobre los intereses de la sociedad y que esta sociedad se resigne a pagar las consecuencias. Sin ser feminista, estoy segura que las mujeres estamos más preparadas para gobernar con mucho mas sentido de justicia y de honestidad que lo que comúnmente se hace por hombres. Pero tal parece que aun tardarán varios años en entenderlo. Por lo pronto propongo que los ciudadanos ignoremos absolutamente los temas electorales y sepamos ser constructivos. Insisto, aun es tiempo aunque el tiempo se agote rápidamente.
Es triste, es deplorable darnos cuenta que con consigna destructiva y estrategias sucias (que traman siempre en cafeterías o restaurantes de la ciudad) algunos que se ostentan en el poder estén manipulando a la ciudadanía, a la opinión pública, buscando la confrontación y la desestabilización de una sociedad a la que dicen servir.
¿Y la ciudadanía qué papel está desempeñando en todo esto? Lo seguro es que al final siempre sale perdiendo. Hemos visto en San Cristóbal un nuevo gobierno joven, con empuje y con una mujer a la cabeza. Eso nos genera una nueva esperanza, un respiro de aire fresco, sin embargo desde dentro y también afuera hay insistencia, hay terquedad en empañar el trabajo que aun comienza. Eso es lamentable porque a todas luces esas actitudes no son con el fin de contribuir ni mucho menos de comprometerse en las soluciones que tanto requieren los asuntos pendientes de San Cristóbal, y que últimamente han crecido de manera sorprendente. En resumen, no abonan al trabajo, más bien lo frenan, lo limitan, lo impiden. Esto agrede y lastima a la sociedad. Esto habla de una actitud motivada por envidia, por intereses mezquinos y por inconsciencia. Si estas personas valoraran la importancia que reviste desempeñar un cargo público y estuvieran conscientes de la gran responsabilidad y del alto honor que significa servir a su comunidad como funcionarios, otra cosa fuera. Desafortunadamente para los Sancristobalenses esto es lo que ahora menos les importa frente a lo que pretenden desde ahora construir para el próximo período electoral y así asegurar su manutención por parte de la instancia gubernamental.
Como ciudadanos en medio de estos intereses, no debemos ocultar la cabeza. Por lo menos debemos investigar de donde viene tanto afán de destrucción y denunciarlo. Si bien aún hay gran rezago por superar en cuanto a género y muchos varones no soportan que una mujer gobierne, tampoco puede esta desviación pasar sobre los intereses de la sociedad y que esta sociedad se resigne a pagar las consecuencias. Sin ser feminista, estoy segura que las mujeres estamos más preparadas para gobernar con mucho mas sentido de justicia y de honestidad que lo que comúnmente se hace por hombres. Pero tal parece que aun tardarán varios años en entenderlo. Por lo pronto propongo que los ciudadanos ignoremos absolutamente los temas electorales y sepamos ser constructivos. Insisto, aun es tiempo aunque el tiempo se agote rápidamente.
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