domingo, 6 de marzo de 2011

¿DAR EL PESCADO O ENSEÑAR A PESCAR?

Daniel Rodolfo Román Montoya.

Dentro de la responsabilidad social corporativa este dilema es bastante común, y es que aunque por años la filantropía se centró en pailar las necesidades inmediatas de grupos vulnerables, hoy empresas como PFISER el ejemplo de que es mejor enseñar, a quienes lo necesitan, a hacer a la mar y tirar fuerte la caña.

Cuando una institución decide tomar muy en serio su responsabilidad social dentro de una sociedad con marcadas carencias económicas y sociales como la nuestra, por lo general hay dos formas de canalizar los recursos: la primera es la asistencia, y la segunda es la promoción del desarrollo humano y la mejora de oportunidades.

Por asistencialismo se entiende el auxilio a una necesidad inmediata, con un impacto mediático, como dar subsidios en efectivo o despensas. En cambio, cuando hablamos de desarrollo humano e igualdad de oportunidades, el objetivo es “promover” un cambio profundo en capacidades, infraestructura, conocimientos, etc.- que contribuya a una transformación positiva, como construir una escuela o dar capacitación para el trabajo.

La diferencia radica entonces en que en la primera forma hay un propósito de ayudar para subsanar una emergencia o una necesidad inmediata sin transformar las condiciones que la provocan, mientras que en la otra se trata de ayudar a transformar la situación que la originó, es decir, trabajar no sólo sobre los efectos, sino sobre las causas del problema. Ahora ¿cuál es la mejor forma?

Como respuesta a esta interrogante, en 2004 Pfizer NoLa lanzó la convocatoria para Proyectos sociales Plizer, un modelo mediante el cual se ha logrado profesionalizar la entrega anual de apoyos a los mejores proyectos presentados por Organizaciones de la SOCIEDAD CIVIL (OSC) de todo el país.

“la Convocatoria fue el resultado de la búsqueda por reformar los programas de responsabilidad corporativa, para destinar nuestros recursos con mayor inteligencia, transparencia y responsabilidad, con el objetivo de generar un cambio real y auto sustentable en las comunidades que más lo necesitan”, dice GABRIEL ESCAFFI, Coordinador General de Responsabilidad Social de Pfizer México y Centroamérica.

Y es que los beneficios de esta “tercera vía” son claros. Antes de que existiera la Convocatoria –durante 2004 Pfizer apoyó un solo proyecto, con un monto de 7,000.000 pesos beneficiando a tan sólo a 144 personas; después, gracias a la metodología de la Convocatoria, en 2007, con un total de 10, 700,000 pesos se logró apoyar a 43 proyectos sociales, impactando a más de 70,000 mil personas.

Dentro del programa, el cual está por lanzarse por cuarto año consecutivo, Pfizer apoya proyectos en las áreas de acceso a la salud, prevención de la violencia intrafamiliar, VIH-SIDA, entre otras que contribuyan a mejorar la calidad de vida en comunidades marginadas.

Esa es la manera en que Pfizer de México redefine el concepto de responsabilidad social empresarial en nuestro país, pues con reglas claras y resultados mesurables, contribuye a la solución de algunas de las causas estructurales de la marginación en diversas comunidades del país.

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