domingo, 27 de febrero de 2011

UN PEQUEÑO PARÉNTESIS

Filiberto Bedolla

Muchas veces, o casi siempre nos quejamos por no poder disfrutar de la vida como nosotros quisiéramos, que por el trabajo, por el bajo sueldo y falta de dinero, por no tener lo que uno quisiera, por el estrés, etc. etc. Pero la realidad es otra cosa, y es nada menos que no sabemos apreciar lo que tenemos para ser felices, y pensando en las carencias que sufrimos nos bloqueamos y no vemos y valoramos realmente lo que sí tenemos. Por eso, es importante cuantificar y apreciar lo que se tiene y no sufrir por lo que hace falta. Pero a pesar de todo lo que te haga falta y de todo lo que tienes… disfruta mucho de la vida que es pasajera y muy corta. No te olvides que lo valioso de la vida, es eso…estar vivo.
Relacionado a esto que les digo, quiero compartir con ustedes este bonito relato de un grupo de ex – universitarios que se reunieron para visitar a su antiguo profesor. Ahora todos ellos exitosos en sus diferentes carreras decidieron visitar al catedrático. Ya en casa del ilustre maestro, pronto la amena charla se vino en quejas acerca del tremendo “stress” que les producía el trabajo, los problemas maritales, la política, y la vida en general.
Prestando oídos a las quejas, el profesor de pronto les ofreció café. Fue a la cocina y regresó después con una cafetera grande derrochando exquisito aroma, prometedor de un excelente café. Después trajo una charola con una selección de variadas tazas: unas de porcelana, otras de plástico, cristal, de barro cocido, unas baratas y sencillas, otras decoradas, unas costosas, y otras realmente exquisitas. Tranquilamente el profesor les dijo que escogieran una taza y se sirvieran del aromático café recién preparado. Cuando lo hubieran hecho todos ya, el viejo maestro carraspeó aclarándose la garganta y con mucha calma se dirigió al grupo y les dijo: Queridos amigos, ¿Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas y elegantes se terminaron primero y quedaron pocas de las más baratas y sencillas? Pues bien; lo que es natural, ya que cada quien prefiere y trata de tener lo mejor para sí mismo.
Esa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al “Stress” continuó. Les aseguro que la taza, esté hecha de cualquier cosa y como se vea, no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora piensen en esto: La vida la comparamos como el café, los trabajos, el dinero, la posición social, etc. Son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no definen ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos, ni la esencia de nuestro ser.
A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café, concluyó el viejo maestro. Entonces los muchachos viéndose unos a otros asintieron con la cabeza y en silencio comenzaron a digerir esa sabia reflexión saboreando el exquisito café.
Pues sí apreciables lectores, como les decía al principio. Hay que tener en cuenta que la gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo, sino la que hace lo mejor con lo poco que tiene. Ya no se mortifiquen por lo que no tienen o por lo que no puedan cambiar. Aprecien lo que tienen por más humilde que esto sea y gocen de la satisfacción de haber lo grado algo con el esfuerzo y trabajo honrado. Tengan paz en su alma, sean generosos y compartidos con los menos afortunados. Inviertan en la riqueza espiritual, hagan de su vida una fiesta. Disfruten de alguna actividad sana que más les guste hacer Y… el resto, déjenselo al creador.
Y no olviden que la persona más Feliz no es la que tiene más, sino la que necesita menos. No importa si tu taza sea de rojo barro, plástico, de plata u oro sólido, simplemente… disfruta tu café.
Hasta la próxima y recuerden: “CUANDO NO PUEDAS TENER TODO LO QUE QUIERES, ES MOMENTO DE APRECIAR TODO LO QUE TIENES”

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