domingo, 14 de noviembre de 2010

UN PEQUEÑO PARÉNTESIS

Filiberto Bedolla

Cuando su hijo se iba a la Universidad, lejos de casa. Jackson Brown, sintió la necesidad de orientar y darle consejos para su nueva vida. Sin ser un gran pensador ni un Nóbel de la literatura, sino un padre preocupado por la felicidad de su hijo, le escribió estos “Simples consejos”.
Querido hijo:
Observa el amanecer de un nuevo día por lo menos una vez al año.
Estrecha la mano de alguien con firmeza, y mira a las personas directamente a los ojos.
Ten un buen equipo de música.
Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: Busca en el que sea fuerte donde tu eres débil y viceversa.
Desconfía de los fanfarrones: Nadie alardea de lo que le sobra.
Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.
Evita a las personas negativas; pues siempre tienen un problema para cada solución.
Maneja autos que no sean muy costosos, pero date el gusto de tener una buena casa.
Ten en cuenta que nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena impresión.
No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo, ya lo sabe.
Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche.
Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.
Nunca amenaces ni prometas si no estás dispuesto a cumplir.
Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo mas pesado.
Haz lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.
Dale tu mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.
Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas y ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.
Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.
No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.
Acude siempre a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.
Confía en Dios, pero cierra tu auto con llave.
Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también el gran riesgo.
Nunca confundas riqueza con éxito.
No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.
No esperes que alguien sepa lo que quieres si no lo dices.
Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.
Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en ellas.
No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.
No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.
Nunca compres un colchón barato: Nos pasamos la tercera parte de nuestra vida encima de él.
No confundas Confort con felicidad.
Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.
Escucha el doble de lo que hablas, por eso Dios nos dio oídos y una sola boca.
Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.
Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quienes tus enemigos.
Nunca envidies: La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: Disfruta mientras lo recorres.
Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo… Simplemente disfruta al máximo de todo lo que dios pone en su camino.
Después de leer estos consejos, el hijo de Jackson Brown decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con sus consejos. Tiempo después, ampliado y pulido y bajo el título e “Vivir feliz” se convirtió en un Best seller con decenas de ediciones y millones de ejemplares traducido en varios idiomas.
Creo amigos que estos consejos no están por demás ni por de menos para darlos a conocer a nuestros hijos, nuestros sobrinos, nuestros ahijados, o nuestro nietos que se van de casa para la Universidad, o a emprender su nueva vida de adulto independiente.
Hasta la próxima y recuerden: “LA CARRERA DE LA VIDA ES BREVE; LA DE LA GLORIA, ETERNA (Cicerón)

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