Filiberto Bedolla
Todos tenemos un lugar en la vida, llenamos un espacio y dejamos huella a nuestro paso. Así como todos en un momento dado de nuestra existencia necesitamos de palabras de aliento, motivación y reconocimiento, Porque definitivamente y sin lugar a dudas “Quien eres deja huella”.
Sobre la huella que deja cada uno de nosotros, déjenme contarles esta bonita historia cuyo autor de nombre Imata, nos dice que:
Una maestra de Nueva York decidió honrar a cada uno de sus alumnos que estaban a punto de graduarse en el colegio. Hablándoles de la huella que cada uno de ellos había dejado, llamó a cada uno de los estudiantes al frente de la clase, uno por uno. Primero le contó a cada uno como habían hecho huella en la vida de ella, y en la clase. Luego presentó a cada uno, con una cinta azul, impresa con letras doradas, en la cual se leía “Quien soy deja huella”. Al final, la maestra decidió hacer un proyecto de clase, para ver el impacto que el reconocimiento tendría en la comunidad. Les dio a cada uno, tres cintas azules más, y les pidió que fueran y extendieran esta ceremonia de reconocimiento. Luego deberían seguir los resultados, ver quien premió a quién, e informar a la clase al cabo de una semana. Uno de los alumnos, fue a ver a un joven ejecutivo de una industria cercana, y lo premió por ayudarle con la planificación de su carrera. Le dio una cinta azul, y la adhirió a su camisa. Luego le dio dos cintas extras y le dijo: “Estamos haciendo un proyecto en clase de… reconocimiento”, y nos gustaría que usted encontrara a alguien a quien premiar, y le dé una cinta azul. Más tarde ese mismo día, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quien tenía reputación de ser una persona amargada, y le dijo que él lo admiraba profundamente por ser un genio creativo. El jefe pareció estar muy sorprendido. El joven ejecutivo le preguntó si el aceptaría el regalo de la cinta azul, y darle permiso de ponerla en su camisa. El jefe dijo “Bueno, ¡claro¡” El joven ejecutivo tomó una de las cintas y la puso en la chaqueta del jefe, sobre su corazón, y le preguntó, ofreciéndole la última cinta, ¿Podría tomar esta cinta extra, y pasarla premiando a alguien más? El estudiante que me dio estas cintas está haciendo un proyecto de clase, y queremos continuar esta ceremonia de reconocimiento y ver cómo afecta a la gente. Esa noche, el jefe llegó a su casa y se sentó con su hijo de 14 años, y le dijo: “Hoy me pasó algo increíble” Estaba en mi oficina, y uno de mis empleados vino y me dijo que me admiraba, y me dio una cinta azul por ser un genio creativo. ¡Imagínate¡ él piensa que soy un genio creativo. Luego me puso una cinta azul que dice: “Quien soy deja huella”. Luego me dio una cinta extra y me pidió que encontrara a alguien más a quién premiar. Cuando estaba conduciendo a casa esta noche, empecé a pensar a quien pudiera premiar con esta cinta, y pensé en ti querido hijo, quiero premiarte a ti. Mis días son muy agitados y cuando vengo a casa, no te pongo mucha atención, te grito por no tener buenas calificaciones en la escuela y por el desorden en tu habitación. De alguna forma, esta noche, solo quería sentarme aquí y, bien… hacerte saber que tú me importas mucho. Tú y tu madre son las personas más importantes en mi vida. ¡Eres un gran muchacho y, te quiero, te quiero mucho¡.
El muchacho sorprendido empezó a sollozar y a llorar, no pudo parar, todo su cuerpo temblaba. Miró a su padre y entre lágrimas dijo: “Papá, hace un rato me senté en mi habitación y escribí una carta para ti y mamá explicando por qué me había quitado la vida y les pedía que me perdonaran” Me iba a suicidar esta noche después de que ustedes durmieran. Yo pensé que a ustedes no les importaba. La carta está arriba, no creo que la vaya a necesitar después de todo esto. Su padre subió al segundo piso y encontró la carta, sincera y llena de angustia y dolor.
El jefe regresó al otro día al trabajo totalmente cambiado. Ya no estaba amargado, pero se aseguró de hacer saber a todos sus empleados que ellos hacen la diferencia. El joven ejecutivo ayudó a muchos otros jóvenes con la planificación de sus carreras, uno de ellos era el hijo del jefe, y nunca se olvidó de recordarles que ellos dejan huella en su vida.
¿No creen amigos que los estudiantes, el joven ejecutivo, su jefe y muchos más, aprendieron una lección muy valiosa?
Por favor amigos, recuerden siempre… Cada uno de ustedes es importante para alguien más. Solo pasa la cinta azul, o hazle saber de viva voz y un abrazo a quien es importante para ti, te recomiendo que lo hagas, porque un poco de motivación y reconocimiento a tiempo, puede ser vital y marcar la diferencia en una persona.
Si amigos. “QUIEN ERES, DEJA HUELLA”.
Hasta la próxima y recuerden: “LAS PALABRAS AMABLES SUAVIZAN LAS COSAS, LAS PALABRAS ALEGRES ILUMINAN EL DÍA, LAS PALABRAS OPORTUNAS DE BENDICIÓN Y ÁNIMO ALIVIAN LAS CARGAS, LAS PALABRAS DE AMOR CURAN Y DAN FELICIDAD”
Sobre la huella que deja cada uno de nosotros, déjenme contarles esta bonita historia cuyo autor de nombre Imata, nos dice que:
Una maestra de Nueva York decidió honrar a cada uno de sus alumnos que estaban a punto de graduarse en el colegio. Hablándoles de la huella que cada uno de ellos había dejado, llamó a cada uno de los estudiantes al frente de la clase, uno por uno. Primero le contó a cada uno como habían hecho huella en la vida de ella, y en la clase. Luego presentó a cada uno, con una cinta azul, impresa con letras doradas, en la cual se leía “Quien soy deja huella”. Al final, la maestra decidió hacer un proyecto de clase, para ver el impacto que el reconocimiento tendría en la comunidad. Les dio a cada uno, tres cintas azules más, y les pidió que fueran y extendieran esta ceremonia de reconocimiento. Luego deberían seguir los resultados, ver quien premió a quién, e informar a la clase al cabo de una semana. Uno de los alumnos, fue a ver a un joven ejecutivo de una industria cercana, y lo premió por ayudarle con la planificación de su carrera. Le dio una cinta azul, y la adhirió a su camisa. Luego le dio dos cintas extras y le dijo: “Estamos haciendo un proyecto en clase de… reconocimiento”, y nos gustaría que usted encontrara a alguien a quien premiar, y le dé una cinta azul. Más tarde ese mismo día, el joven ejecutivo fue a ver a su jefe, quien tenía reputación de ser una persona amargada, y le dijo que él lo admiraba profundamente por ser un genio creativo. El jefe pareció estar muy sorprendido. El joven ejecutivo le preguntó si el aceptaría el regalo de la cinta azul, y darle permiso de ponerla en su camisa. El jefe dijo “Bueno, ¡claro¡” El joven ejecutivo tomó una de las cintas y la puso en la chaqueta del jefe, sobre su corazón, y le preguntó, ofreciéndole la última cinta, ¿Podría tomar esta cinta extra, y pasarla premiando a alguien más? El estudiante que me dio estas cintas está haciendo un proyecto de clase, y queremos continuar esta ceremonia de reconocimiento y ver cómo afecta a la gente. Esa noche, el jefe llegó a su casa y se sentó con su hijo de 14 años, y le dijo: “Hoy me pasó algo increíble” Estaba en mi oficina, y uno de mis empleados vino y me dijo que me admiraba, y me dio una cinta azul por ser un genio creativo. ¡Imagínate¡ él piensa que soy un genio creativo. Luego me puso una cinta azul que dice: “Quien soy deja huella”. Luego me dio una cinta extra y me pidió que encontrara a alguien más a quién premiar. Cuando estaba conduciendo a casa esta noche, empecé a pensar a quien pudiera premiar con esta cinta, y pensé en ti querido hijo, quiero premiarte a ti. Mis días son muy agitados y cuando vengo a casa, no te pongo mucha atención, te grito por no tener buenas calificaciones en la escuela y por el desorden en tu habitación. De alguna forma, esta noche, solo quería sentarme aquí y, bien… hacerte saber que tú me importas mucho. Tú y tu madre son las personas más importantes en mi vida. ¡Eres un gran muchacho y, te quiero, te quiero mucho¡.
El muchacho sorprendido empezó a sollozar y a llorar, no pudo parar, todo su cuerpo temblaba. Miró a su padre y entre lágrimas dijo: “Papá, hace un rato me senté en mi habitación y escribí una carta para ti y mamá explicando por qué me había quitado la vida y les pedía que me perdonaran” Me iba a suicidar esta noche después de que ustedes durmieran. Yo pensé que a ustedes no les importaba. La carta está arriba, no creo que la vaya a necesitar después de todo esto. Su padre subió al segundo piso y encontró la carta, sincera y llena de angustia y dolor.
El jefe regresó al otro día al trabajo totalmente cambiado. Ya no estaba amargado, pero se aseguró de hacer saber a todos sus empleados que ellos hacen la diferencia. El joven ejecutivo ayudó a muchos otros jóvenes con la planificación de sus carreras, uno de ellos era el hijo del jefe, y nunca se olvidó de recordarles que ellos dejan huella en su vida.
¿No creen amigos que los estudiantes, el joven ejecutivo, su jefe y muchos más, aprendieron una lección muy valiosa?
Por favor amigos, recuerden siempre… Cada uno de ustedes es importante para alguien más. Solo pasa la cinta azul, o hazle saber de viva voz y un abrazo a quien es importante para ti, te recomiendo que lo hagas, porque un poco de motivación y reconocimiento a tiempo, puede ser vital y marcar la diferencia en una persona.
Si amigos. “QUIEN ERES, DEJA HUELLA”.
Hasta la próxima y recuerden: “LAS PALABRAS AMABLES SUAVIZAN LAS COSAS, LAS PALABRAS ALEGRES ILUMINAN EL DÍA, LAS PALABRAS OPORTUNAS DE BENDICIÓN Y ÁNIMO ALIVIAN LAS CARGAS, LAS PALABRAS DE AMOR CURAN Y DAN FELICIDAD”
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